El uso de los metales, el bronce y el hierro,
suplantaron el sílex y otros materiales pétreos que hasta ese momento eran la
materia básica para la elaboración de herramientas agrícolas, armas y
materiales de construcción; esto hizo posible el poder disponer de objetos más
duraderos y eficientes.
Después del cobre, se descubrieron nuevas
aleaciones del cobre como el estaño o el plomo, que juntos dieron lugar a un
nuevo producto, el bronce; este nuevo material es menos maleable, pero más
duro. Un gran salto tecnológico se dio con el uso de la forja, estos hornos de
alta temperatura hicieron posible la manipulación del hierro para producir
herramientas aún más resistentes. Esta secuencia tecnológica ha configurado la
denominación de las diferentes etapas de la edad de los metales: la edad del
cobre, la edad del bronce, la edad del hierro.